Una llamada a Haití
Una conversación con la periodista haitiana Jeanne-Elsa Chéry sobre cómo desmitificar las narrativas impuestas sobre Haití y los diferentes roles que la mujer ha tomado en el movimiento de resistencia
La madrugada del 7 de julio un comando armado asesinó al presidente de Haití Jovenel Moïse e hirió a la primera dama Martine Moïse durante un ataque en su residencia en la ciudad capital de Puerto Príncipe. Desde antes del magnicidio, la inestabilidad política en la nación caribeña ya ocupaba espacio en los medios internacionales. Los encabezados, y el contenido, resaltaban principalmente el ‘caos’, la pobreza, y la violencia. Condenando así a la isla a un futuro incierto, marcado por la impunidad, la corrupción, y más caos.
En 2019, conocí a la periodista haitiana Jeanne-Elsa Chéry en Puerto Príncipe durante un breve viaje de reportería en el cual mi principal objetivo era escuchar experiencias y saberes sobre los diversos movimientos sociales en Haití. Chéry fue mi principal contacto (se le conoce como fixer en el periodismo) en la isla y me ayudó a organizar entrevistas claves con mujeres participantes en el movimiento feminista. Después de varios años de cubrir este movimiento en mi país, México, y seguirlo en otras partes de Latinoamérica, me di cuenta que casi no había puesto mi atención en el Caribe, algo similar a lo que hacen los principales medios en la región desafortunadamente. Lamentablemente no he logrado publicar la historia, pero espero pronto compartirles algunas de mis notas por aquí.
Chéry es también la directora de Muselles.org, un medio que publica principalmente contenido con perspectiva de género producido por mujeres. Por lo cual la invité a que nos platicara un poco más sobre la situación actual en su país. La conversación fue ligeramente editada para mayor claridad.
— ¿Cómo ha sido realizar tu trabajo periodístico durante los últimos acontecimientos en Haití?
Chéry: Mi trabajo me permite estar cerca de varias realidades en diferentes niveles. Estar en el centro de lo que está sucediendo. Sin embargo, esta proximidad también tiene sus riesgos. Recuerdo que el mismo 7 de julio tuve que estar en terreno y acercarme a ciertas personas para conocer sus opiniones sobre el asesinato de Moïse, mientras yo personalmente estaba en shock y las calles no eran necesariamente seguras. Además, cuando tenemos que dar información desde el terreno, existe un riesgo enorme de caer en el sensacionalismo, de querer abrir vías de entendimiento aunque aún no se tenga información segura, de caer en la trampa de los prejuicios.
Encontrar personas dispuestas a dar su opinión en tiempos de crisis es complicado cuando sabemos que estas personas no están al margen de lo que está sucediendo. Ellas mismas están abrumadas y ansiosas por los acontecimientos.
— Como periodista, ¿cómo has visto la cobertura realizada por los medios internacionales y las narrativas que transmiten sobre Haití?
Chéry: Haití ha llamado la atención del mundo debido a los recientes acontecimientos políticos que han sido muy desestabilizadores para los propios haitianos y se han convertido en un fenómeno que despierta la curiosidad en otros países. Esta situación lleva al extremo la necesidad de explicación, comprensión, y análisis de nuestro país.
Los medios internacionales destacan cualidades como "Haití, el país más pobre del hemisferio" o "País inestable, ingobernable". Sí, enfrentamos crisis y disturbios, pero hay una población que lleva toda su vida resistiendo un estilo de vida dictado por la comunidad internacional. Esta es una forma de resistencia del pueblo haitiano que quiere vivir a su manera e independientemente. Además, lo que interesa a los medios extranjeros son los momentos de explosión o tensión en Haití, cayendo en estereotipos donde siempre resaltan y enfatizan el tema de la pobreza. Hay un desinterés por lo que sucede todos los días en Haití.
“Esta es una forma de resistencia del pueblo haitiano que quiere vivir a su manera e independientemente.”
— ¿Cuáles son algunas de las realidades que te gustaría que las personas fuera de Haití conocieran?
Chéry: Me gustaría que pusieran el foco en el hecho de que el 83% de las escuelas haitianas son privadas. Los datos del Banco Mundial muestran que el 72% de las familias haitianas viven con menos de dos dólares al día. Sin embargo, estas familias son responsables de la educación de sus hijos. Me gustaría que la gente supiera cómo estas familias logran educar a sus hijos hasta que ayudan a formar a personas que brillan con su talento.
Me gustaría que destaquen a un gran sector de la sociedad civil que se está movilizando contra el caos actual: asociaciones de activistas y gente joven. Sus acciones pueden ser consideradas como intentos de ofrecer alternativas a la crisis, pero también a las clases corruptas e incompetentes que quieren pretender que aquí solo hay una lucha por el poder. Los jóvenes quieren moverse hacia la construcción del país, fortaleciendo las instituciones haitianas y la democracia.
— Haití tiene una tradición de resistencia popular, ¿puedes describir cómo han participado las mujeres?
Chéry: Antes de que Haití declarara su independencia, los llamados “esclavos cautivos” siempre resistieron contra el sistema agresivo y deshumanizador que era el sistema esclavista. A veces fue a través de medios como envenenamientos, abortos voluntarios, y toma de armas que las mujeres resistieron y rechazaron esta orden. Participaron en la guerra por la independencia, y no como sustitutas en el trabajo médico, sino también como soldados. Desde la ocupación estadounidense de Haití, las mujeres han alzado la voz para denunciar la violencia de los ocupantes yanquis, los reiterados abusos y violaciones, el apaleamiento de pequeños agricultores, etc.
Hoy sus motivos de lucha se encuentran en varios frentes: la lucha contra el abuso y la violación, la igualdad de acceso de niñas y niños a los servicios básicos, educación, salud sexual y reproductiva. Podemos decir que hay muchos campos de batalla que a menudo son marginados con el pretexto de que hay problemas más urgentes, sobre todo a nivel político. Pero el tema de las mujeres y las niñas, que representan el 52% de la población, es igualmente importante.
Gracias por leernos una vez más y compartir sus comentarios. Recuerden que este trabajo lo hacemos (lo hago, me gusta creer que soy parte de un equipo) de corazón ( o sea gratuito), pero nos pueden agradecer con likes, shares y follows. Si les gustó esta conversación, no olviden compartirla con sus amigues y familia. Hasta la próxima.