He distinguido que nosotras no enfrentamos guerras. Nos embarcamos en subversiones heredadas, lealtades al linaje, misiones de transformación. Porque en nuestras “guerras” no buscamos eliminar a un enemigo, convertirnos en héroes, tomar ese poder que devasta…Buscamos transformar, conectarnos, crear comunidad, prevalecer. Y creo que muches estamos en el mismo camino.
Dudé de darle desde sus inicios un carácter bélico a este espacio. Soy de esas mujeres que se pelea con todo el mundo todos los días, principalmente en mi mente. Pero, a seis años de haber iniciado un largo camino investigando la desaparición forzada en diversas partes del mundo, empiezo a identificar que llevo años aferrándome al amor, la conexión, los lazos entre nosotres, y la constante lucha por preservarlos. Entonces recordé las palabras de Svetlana Alexievich en su libro La guerra no tiene rostro de mujer:
Todo lo que sabemos de la guerra, lo sabemos por la “voz masculina”. Todos somos prisioneros de las percepciones y sensaciones “masculinas”. De las palabras “masculinas”. Las mujeres mientras tanto guardan silencio. Es cierto, nadie le ha preguntado nada a mi abuela excepto yo. Ni a mi madre. Guardan silencio incluso las que estuvieron en la guerra. Y si de pronto se ponen a recordar, no relatan la guerra “femenina”, sino la “masculina”. Se adaptan al canon.
Claro que cada vez vemos más relatos, reportajes, libros desde la “voz femenina.” Pero yo, sigo estancada en las palabras “masculinas”. Además de la batalla externa, está la batalla de una misma por atreverse a adentrarse a esa guerra de la que Svetlana habla: la historia de las mujeres.
Desde hace tiempo, he querido tener un espacio para mí. Pero el atrevimiento final llegó en las últimas semanas cuando editores rechazaron algunas propuestas de historias porque sus medios no quieren publicar más sobre “muertos y desaparecidos.” Así es, en categoría general, amontonándolos aún más. ¿Qué hice? Respondí mandando un nuevo pitch. Esa nueva propuesta era diferente, creí yo emocionada: emergencia climática, mujeres, resiliencia. Pero ¿el personaje principal? El manglar… muerto. ¡Así es! Volví a mandar una historia sobre muerte. Y ahí (me) entendí: veo la muerte en todos lados.
No es algo nuevo, pero sí es algo que siempre me ha asustado de mí, pero tengo a plutón en casa uno entonces todo bien. Después de días de llanto y frustración, volví a encontrarme con las palabras de Svetlana. Me regresó al mundo de las posibilidades, de las diversas voces y narrativas, a esa ilusión tan mía de alcanzar a ver y entender todas esas visiones que no logramos ver, ya sea por las imposiciones del exterior o por nuestras propias limitaciones, o ambas.
Solo espero en cada entrega alejarme más de ese canon que me ha mantenido en el silencio, esas convencionalidades que me han hecho desligitimizar tantas realidades y experiencias. Cada entrega es mi intento de honrar el trabajo de miles, y el mío también.
Ahora cambio a secciones para no abusar de su corto periodo de atención. Pero antes, suscríbanse aquí. Véanlo como una palmada que me dan en la espalda para satisfacer mi humana necesidad de valoración externa.
¿Qué esperar de esta Chantycarta de noticias (newsletter)?
Lo iremos descubriendo juntes. Pero por lo pronto, todo aquello que no satisface a la industria periodística. Es decir, el 99% de mi trabajo.
Aunque busco compartir esas perspectivas ángulos anécdotas reflexiones que he encontrado en estos años investigando desaparición forzada en México, Bosnia, Serbia, Kosovo y Colombia, también busco cuestionar mi naturaleza rígida y perfeccionista (ehem saboteadora). Participaremos, ustedes lectores y yo, en un espacio donde se encuentran las experiencias de diversas personas y países, donde juntes nos adentramos a esas “otras guerras”. Algunas las hemos visto de lejecitos, otras están en nuestras calles, en nuestras habitaciones. Y sí, en nuestros cuerpxs.
Reportaje, ensayo, entrevista, tirando versos, crónica, memorandum, podcast, videoserie, da igual. Como quiera ni hay recursos financieros. Nuestro objetivo es compartir.
¿Cuándo podré leer la Chantycarta?
Cada dos semanas llegará a tu correo. Y claro que por supuesto les estaré recordando a través de todas mis redes a todes mis Chanty fans. Por lo pronto, empezamos con dos martes al mes. Espera la primera entrega el martes 18 de mayo.
¿De a cuánto?
Por el momento será gratuita ya que mi nombre no tienen ningún valor en el mercado. Pero para mi familia soy importante, y si para ustedes esto empieza a tener un valor, siempre pueden apoyarme via PayPal, o con sus likes, sus shares, sus opiniones, y sus tips para investigar esa historia que solo tú has identificado en tu comunidad. Eso sí, aquí no hay espacio para hate, bullying, y polarizaciones.
¿Quién soy?
Pronto llenaré la sección de “About”. No es mi parte favorita de estas cosas, pero creo que mis letras les darán una mejor idea. Pero mientras aquí puedes leer más sobre mi trabajo.
Gracias por leer hasta aquí, suscribirte y compartir. Nos vemos el martes.